viernes, 25 de agosto de 2017

PERSONAL SISTEMA ENERGETICO

Resultado de imagen de CABALLO ACUPUNTURA

Resultado de imagen de puntos acupuntura humano




En mis artículos anteriores hablo del sistema energetico y de las terapias relacionadas con el sistema energético, en este artículo quiero explicar algo más sobre el mismo.

Según la MTC, en el cuerpo humano existe una red de canales, llamados meridianos, que conecta todos los órganos, tejidos y células. Si analizamos el recorrido que realiza el sistema circulatorio sanguíneo, el sistema nervioso y el linfático con el recorrido de los meridianos por donde circula la Energía Vital comprobamos que existe una correspondencia, esto se debe a que la Energía Vital es necesaria para mantener a todos en activo y en funcionamiento. El sistema de meridianos se entiende como un proceso y no como una estructura orgánica.

Los meridianos circulan la energía vital de la sangre al cuerpo y nutren los tejidos para dar funcionalidad a varias estructuras del ser, de manera que el hombre se conecte y comunique con el cosmos. Cada meridiano goza de una ubicación específica llena de energía donde se puede acceder desde el exterior, estas ubicaciones se llaman puntos de acupuntura y son varias; cada punto tiene una función específica que dota al cuerpo de energía.

Desde hace miles de años la Medicina Tradicional China se usa en China por su gran eficacia, sencillez y economía. De hecho en la Edad de Piedra se usaban ya agujas de piedra llamadas bian. En la Edad de Bronce y de Hierro se usaron ya agujas metálicas, sin embargo la moxibustión tuvo su aparición después de que el fuego entrara en la vida de la humanidad.

La obra más antigua y clásica que se conoce, apareció 3.000 años antes de Cristo, es un Cánon de Medicina Interna, el Huang Di Neijing, escrito en forma de diálogo entre un emperador y su médico de cabecera. Esta obra aparece dividida en dos partes y describe el yin y el yang, los cinco movimientos, habla de los órganos y vísceras (Zang-fu), de los meridianos y colaterales, del Qi (energía) y de la Sangre (Xue), causas, enfermedades, métodos para diagnosticar, puntos de acupuntura y métodos para insertar las agujas.


Tal como se puede observar en los graficos anteriores, el sistema de meridanos es aplicable tanto a humanos como a caballos.

Resultado de imagen de caballos



miércoles, 12 de julio de 2017

Historia del caballo en el siglo XX



La historia del caballo en el siglo XX, estuvo marcada por un profundo cambio en el relacionamiento entre los seres humanos y los caballos. En los países desarrollados, el animal militar y utilitario de principios de ese siglo, sufrió una profunda reorientación hacia actividades de esparcimiento y hacia la competición deportiva.[1] En esa época de grandes cambios en múltiples dominios de principios del siglo XX, Jean-Pierre Digard señaló un gran quiebre en la historia de las sociedades humanas; en efecto, el estatuto utilitario del caballo permanecía con cambios relativamente menores desde la época de la revolución neolítica y la domesticación del caballo, y la nueva modernidad mostraba un quiebre brusco y notable en términos de la forma y del ritmo de vida.[2] [3] [4] [5] [6] [7] [8] [9]
En unas pocas décadas, el siglo XX impuso el final de los caballos en el transporte urbano, ya insinuado hacia fines del siglo XIX, y la participación de dichos animales también se redujo notablemente en el trabajo agrícola, cambiando también así la vida cotidiana del agricultor, ya que en el siglo XIX, agricultura, agricultor, y caballo estaban muy fuertemente ligados.[10] [11] Igualmente, las caballerías militares se redujeron en forma importante y redefinieron sus objetivos, pasando de la participación directa en las confrontaciones, a tareas tácticas de vigilancia y de ayuda en terrenos especialmente difíciles.[12]
La nueva relación entre los humanos y los caballos rápidamente se reorientó hacia el deporte ecuestre [13] y las actividades recreativas,[14] y también las actividades hípicas se desarrollaron con fuerza, impulsadas por la popularidad de las apuestas.[15]
Los deportes ecuestres se iniciaron en los Juegos Olímpicos modernos en el año 1900 en París, aunque la mayoría de las pruebas olímpicas actuales solamente fueron admitidas de manera sistemática a partir de los juegos de Estocolmo del año 1912.[16] La práctica de la equitación así se jerarquizó, y se integró entre las aficiones de masas, especialmente en los países desarrollados.[17] Desde entonces, el número de jinetes aumentó progresivamente de una manera importante, dominado por una fuerte feminización. El excursionismo ecuestre, que al inicio del siglo XX era desconsiderado y en algún sentido menospreciado, al finalizar ese siglo quedó muy valorizado.[18] En ese siglo XX, el número de caballos disminuyó con fuerza en muchos países, dada la disminución de los usos utilitarios de esos animales, pero paralelamente se asistió a un fuerte desarrollo de la llamada equitación de esparcimiento, junto a la aparición de caballos para la recreación, especialmente orientados para esa actividad, y con un estatuto próximo al de un animal de compañía.[19]
Ciertos pueblos caballistas,[20] particularmente los que se integraron a la URSS como los Yakutos y los Cosacos, perdieron muchas o algunas de sus tradiciones ecuestres o las vieron recular en cuanto a su práctica y su popularidad.[21] [22] [23] En otros casos como por ejemplo los mongoleslas conservaron bastante bien durante todo el siglo XX.[24] [25]
La sensibilidad en cuanto al relacionamiento con los caballos creció y se afirmó por muchos lugares,[26] [27] [28] y la hipofagia fue objeto de un rechazo cada vez más fuerte en los países occidentales.[29] Por otra parte, la moda de la equitación etológica se afirmó cada vez más,[30] entre otras cosas por la influencia que han tenido ciertos filmes de éxito, como por ejemplo, The Horse Whisperer (año 1998).[31] La producción artística no ha olvidado al caballo, ni en los filmes de wéstern ni en la literatura, y como prueba de ello, por ejemplo basta recordar las novelas de la serie El corcel negro (del escritor Walter Farley).[32] [33]
La equitación ha generado un emponderamiento importante en el desarrollo económico y social de ciertos países, principalmente asociado con la generación de empleo directa o indirectamente relacionado con la práctica de este deporte, así como con las contribuciones económicas de la industria equina en general; corresponde citar el estudio elaborado por la Real Federación Hípica Española en el año 2013, en el cual se establece que en España, más de 60 000 puestos de trabajo directos dependen del sector ecuestre, y más de 1900 millones de euros son generados por los diferentes sectores que trabajan en el mundo equino, incluyendo la capacitación y práctica de los jinetes, el cuidado de los propios caballos, las apuestas hípicas y todo el entorno de las carreras de caballos, la veterinaria, la alimentación animal, el turismo, etc.[17] [34] [35]

El fin de una forma de vida

Enganche con seis caballos de tiro.
Enganche con seis caballos de tiro.
Cita: En l'espace d'une génération, la civilisation du cheval vient de disparaître. Une civilisation quasi-universelle, dont l'origine se perd dans les millénaires, vient de mourir sans bruit, discrètement. [...] Il s'agit là d'une rupture décisive et irréversible dans l'histoire des sociétés.[36]
Traducción al español: En el espacio de una generación, la civilización del caballo desapareció. Una civilización casi universal, cuyo origen se perdía en el tiempo, se acabó sin ruido, discretamente. [...] Ello implicó una ruptura decisiva e irreversible en la historia de las sociedades humanas.
El fin del caballo utilitario es algo que con frecuencia pasa inadvertido o subestimado por parte de los historiadores. La importancia de los caballos de tiro, que en otra época apoyaban tanto los desplazamientos humanos como el trabajo pesado (entre ellos el trabajo agrícola), es olvidado o subestimado por la historia que se cuenta.[37] Y eso que la explotación por parte del hombre de la fuerza del caballo, existe desde hace un poco más de cinco milenios.[38] [39] La velocidad del transporte en tierra, desde el Imperio Romano hasta fines del siglo XIX, apenas si había tenido cambios,[40] y en ese período el caballo fue primordial, fue de enorme ayuda y de gran importancia estratégica.[36]
El abandono progresivo de la fuerza animal que primero se dio en las ciudades y luego en el entorno agropecuario, representó un evento mayor en nuestra historia.[39] Y este quiebre no se produjo sin consecuencias, ya que la energía equina, la energía eléctrica, y la energía de los motores, ocupan nichos completamente diferentes en términos de fuentes de aprovisionamiento y de producción.[41] La transición cultural entre caballo y vehículo motorizado (la idea de sustituir uno por el otro) parecería es más fácilmente aceptable que la efectiva transición material de uno al otro.[42] Como lo señala el historiador Daniel Roche, el caballo abandonó las ciudades, las minas, y los terrenos de batalla, y en parte también las zonas rurales, pero continúa ocupando un lugar importante en ciertas actividades, así como en las simpatías y el imaginario de los humanos.[43]

Suposiciones y creencias

Tapa del libro La Fin du cheval de Pierre Giffard, año 1899, que predijo la desaparición del caballo como medio usual de transporte, y su sustitución por bicicletas y automóviles.[10]
Tapa del libro La Fin du cheval de Pierre Giffard, año 1899, que predijo la desaparición del caballo como medio usual de transporte, y su sustitución por bicicletas y automóviles.[10]
El remplazo de la energía animal (fuerza animal) por motores y máquinas, estaba ya insinuado hacia el fin del siglo XIX. Y tanto criadores de caballos como veterinarios, se alarmaban entonces de la popularidad de la bicicleta, convencidos que eso podría desplazarlos al paro.[44] Por su parte, la invención del ferrocarril y del motor a explosión junto al dominio de la electrificación, completaban el panorama del remplazo, especialmente en los países desarrollados, de la tracción animal por las máquinas.[45]
En 1899, el francés Pierre Giffard publicó la obra La Fin du cheval, un libro ilustrado por Albert Robida, donde se defendía la tesis del posible remplazo del caballo por la bicicleta y el automóvil.[46] El mismo año de 1899, La Jamais Contente pulverizó el récord del mundo de velocidad automovilística, alcanzando los 100 km/h. Y tanto en Estados Unidos [38] como en Francia,[47] el caballo mostraba sus limitaciones, incluso en términos de velocidad, ya que cada vez que una línea de ferrocarril comenzaba a operar, el caballo dejaba de ser utilizado casi por completo, o bien su uso se reducía a trayectos cortos en carros tirados por equinos, generalmente entre las propias estaciones de ferrocarril y las ciudades, tanto para el transporte de mercaderías como de personas.[48]

Economía de la cría

Construcción de la estación de Iaroslavl en Moscú, 1903 o 1904. Los caballos dejaban de utilizarse en los transportes de larga distancia, cuando se implantaba una línea de ferrocarril.
Construcción de la estación de Iaroslavl en Moscú, 1903 o 1904. Los caballos dejaban de utilizarse en los transportes de larga distancia, cuando se implantaba una línea de ferrocarril.
A principios del siglo XX, los métodos de selección de caballos cambiaron como consecuencia de influencias varias, y en especial por causa de las ideas mendelistas y darwinistas, así como de las referidas a la eugenesia.[49]
La mecanización de los transportes y de la agricultura, gracias a máquinas de hipotracción cada vez más perfeccionadas y sofisticadas, permitió utilizar la fuerza del caballo cada vez con mayor eficiencia.[50] Hacia 1940 y a escala mundial, el lugar del caballo en la economía y en la vida cotidiana aún era importante, y soberbios caballos de tracción eran visibles, particularmente en Francia, en empresas de transporte de mercaderías pesadas.[51] Hacia 1925, los caballos utilizados en los transportes por rutas, estaban en lo más alto de su desarrollo físico,[52] y durante todo el comienzo del siglo XX, la cría y utilización de caballos de trabajo, aportaron ganancias muy importantes a ciertos países. Corresponde señalar que entonces en Bélgica, el campeonato anual del caballo de tiro belga atraía tantas personas como la fiesta nacional de dicho país, trenes especiales eran fletados para esa conmemoración, y el propio rey presidía las manifestaciones y los festejos.[37] Bien evidentemente, el caballo de tiro conservó un « aura de prestigio » aún varias décadas posteriores a su efectiva desafectación como animal de trabajo.[37]

Evolución de los efectivos

En una primera instancia, la utilización del caballo se redujo sustantivamente en las grandes ciudades. El primer tranvía eléctrico de Inglaterra inició sus servicios en 1901, en Newcastle upon Tyne, remplazando el correspondiente servicio hipomóvil,[53] y así se inició la competencia (y la complementación) entre la tracción animal y la tracción que utilizaba otras fuentes de energía. Un hecho simbólico y emblemático en esa puja, fue la desafectación de miles de caballos de tiro de la Compañía General de Ómnibus de París, enviados al matadero en 1913.[54] [55] También fue muy notoria la desaparición de los caballos de tiro franceses de las grandes ciudades en el período 1910-1920,[56] especialmente después de finalizada la Primera Guerra Mundial, aunque al sur del Loira, el descenso fue menos visible pues en esa zona el mundo agrícola ya no dependía tanto del caballo.[57]
En los años 1930, solamente las empresas de mediana importancia (comercios de tipo bares, restaurantes, y heladerías) poseían todavía caballos de tiro en apoyo de sus necesidades.[58] Los caballos urbanos declinaron muy rápidamente en cuanto a su número, en las dos primeras décadas del siglo XX. En Estados Unidos por ejemplo, el descenso fue del orden de 50 % entre 1910 y 1920.[59] Y en Londres, las inversiones para la tracción hipomóvil se redujeron en un 90 % entre 1901 y 1911.[40] La irrupción del automóvil fue percibida como una ruptura con el mundo anterior, con sus grandes máquinas a vapor (símbolos de los inicios de la industralización).[38]
Todo a lo largo del siglo XX, la construcción y las mejoras de las rutas, prosiguió tanto en el entramado urbano como en las zonas rurales, facilitando así la circulación de los automóviles, y en parte desplazando cada vez más a las soluciones hipomóviles.[60] Los residentes urbanos y peri-urbanos de situación económica más acomodada, y los integrantes de la llamada clase media fueron quienes primero lograron comprar un automóvil para su propio uso, y así dejar de depender de los transportes en común.[61] En Estados Unidos por ejemplo, solamente 4000 vehículos automóviles fueron vendidos en el año 1900, contra los cerca de 900 000 que se vendieron en 1915.[62]
Uno de los aspectos más destacados de la historia del caballo en el siglo XX, es por tanto el descenso de sus efectivos en todos los países desarrollados, dado el fin de su utilización cotidiana en una serie de ámbitos. Por ejemplo, de los tres millones de animales que había en Francia en 1935, su número pasó a ser 2 418 000 en 1948, apenas un millón en 1966, y unos 269 000 en 1989.[63] En los años 1970, Francia tenía alrededor de 400 000 caballos, y entre los cuales había solamente unos 110 000 por fuera del mundo de las carreras.[64]
Esta tendencia al descenso en los efectivos, afectó también a otros países, entre los que cabe mencionar a Estados UnidosAlemaniaItaliaEspaña, y Reino Unido : en 1990, el número total de caballos en Europa fue estimado en solamente 1 600 000 ejemplares.[65] Este enorme descenso en los efectivos no fue uniforme a lo largo del tiempo y de la geografía, pues se produjo en diferentes épocas, según el estado de desarrollo de cada país. Polonia por ejemplo, contaba con dos millones de caballos en los años 1980, dada la motorización tardía de su agricultura, pero esta cifra cayó a unos 300 000 animales en los años 2000.[66]

El caballo en la ciudad

Una familia con su caballo de tiro en las calles de Berlín, en 1930.
Una familia con su caballo de tiro en las calles de Berlín, en 1930.
Al comienzo del siglo XX, las grandes ciudades estaban saturadas de vehículos hipomóviles,[67] y los caballos de tiroallí estaban omnipresentes para asegurar distintos tipos de transportes.[56] En 1900, el centro de Londres sufría ya de embotellamientos, lo que continuó agravándose con el paso del tiempo.[40] Obviamente, la disminución del número de caballos del entorno urbano que siguió al ingreso triunfante del automóvil, también se acompañó de la desaparición de estructuras ligadas a esos animales, fundamentalmente escuelas de caballería, haras, y caballerizas. Así, en 1914 y en Londres, una escuela de equitación cercana de Hyde Park Gate, fue remplazada por todo un barrio residencial.[40]
Si bien es cierto que el número de caballos urbanos decreció en forma importante todo a lo largo del siglo XX, el remplazo de los mismos se realizó en forma progresiva en una serie de ámbitos. Caballos de tiro aún estaban muy presentes en las calles de Filadelfia en los años 1950,[42]y en París aún se veían en los años 1960 sirviendo a la sociedad de heladerías.[68] La desaparición del caballo en una serie de aspectos, se inscribe en una vasta tendencia de retracción de la presencia de la naturaleza en los entornos urbanos.[69] En los países desarrollados, algunas comunidades rechazan la modernidad, como es el caso de Amish, dando así la posibilidad de aún hoy día conservar al caballo en los medioambientes urbanos.[70]

Argumentos en contra del uso utilitario del caballo

La rue Monge en París, a principios del siglo XX.
La rue Monge en París, a principios del siglo XX.
En el siglo XX, un gran número de circunstancias impulsaron el remplazo de los caballos de transporte y de trabajo por vehículos automóviles. Contrariamente a lo que se piensa, los movimientos de protección animal son globalmente favorables al fin de la utilización del caballo en esas tareas. En Estados Unidos por ejemplo, se formó un vasto movimiento llamado Progressivism, que multiplicó los argumentos contra el uso intensivo de los caballos.[67] Y los anglófonos hablaban de Horseless age (edad de inutilidad del caballo) justamente para señalar una edad a partir de la cual los animales deberían ser refugados.[71] [72] [73] Téngase presente que los propios conductores de los vehículos hipomóviles eran el blanco de las principales críticas, por exigir demasiado a los animales, y también por ser generalmente considerados como responsables de muchos accidentes.[74]
No hay nada que aprender del éxito [...]. Todo se aprende del fracaso.[75]
David Bowie, cantante inglés (1947-2016)

Argumentos económicos

Un caballo es un ser vivo y por tanto es afectado por la fatiga, mientras que en este sentido, un vehículo a motor puede funcionar jornadas enteras sin ningún inconveniente, pues los plazos para los necesarios mantenimientos son más extensos.[67] Los caballos requieren nutrirlos y cuidarlos, incluso cuando se los deja en descanso (incluso cuando no se le asigna ninguna tarea específica asimilable a un trabajo), mientras que un vehículo no consume carburante cuando no se lo hace circular, y en ese caso puede ubicárselo sin inconvenientes en un garaje, por un período más o menos largo. Este estado de cosas puede inducir cierta imagen de este animal, que « consume recursos incluso cuando no es de ninguna utilidad ». Un caballo requiere de tres a seis acres de pasturas para poder subsistir y alimentarse bien, lo que ha dado pie a ciertos progresistas estadounidenses, para acusar a estos animales « de ocupar inútilmente en Estados Unidos » un espacio equivalente a sesenta y cinco millones de acres.[76] [77]
Los primeros automóviles no tenían gran potencia, y en muchos países europeos y del mundo entero, la fuerza de los mismos se establecía por comparación con la del animal, pero el confort obtenido al usar un vehículo motorizado, sobrepasó muy rápidamente el obtenido al usar un vehículo con hipotracción. El usuario del automóvil ganó pronto en autonomía y movilidad.[78] [79]

Argumentos sanitarios y de calidad de vida

El movimiento en favor del progreso incluso llegó hasta acusar a los caballos de causar ciertas enfermedades en las ciudades, pregonizando su remplazo por el automóvil por razones médico-sanitarias.[62] [80] La acumulación de bosta y de estiércol, la falta de higiene en las caballerizas que favorecían la aparición de gran cantidad de moscas (en especial en los cinturones de las ciudades), por cierto eran entonces manifiestas.[62] [81]Además, ciertos caballos morían durante sus trareas cotidianas, y sus cadáveres eran expuestos por horas a las miradas de todos. El automóvil surgía entonces como una solución « más práctica y limpia [59]  ». En los hechos, la eliminación del caballo en las ciudades no ha transformado las mismas en más higiénicas y limpias, sino que solamente les ha dado la apariencia de serlas, remplazando un tipo de suciedad muy visible (bosta, estiércol, moscas) por una polución más discreta (presencia de partículas en el aire, ruidos molestos).[59]
En 1903, un grupo de médicos estadounidenses se reunió para promover el automóvil, invocando argumentos médicos.[78] Incluso ellos mismos señalaron la conveniencia de utilizar los automóviles para ejercer sus respectivas actividades, entre otras cosas con el fin de desplazarse más rápidamente, y así poder atender a más pacientes, sin las limitaciones de tener que ocuparse, de una manera o de otra, de sus respectivos caballos. Así incluso se llegó a presentar al automóvil como una solución al creciente estrés medioambiental de las grandes ciudades,[82] lo que permitiría alternar saludablemente entre actividades laborales y momentos de distensión.[78] Y así, el ruido causado por los cascos herrados sobre el pavimento incluso fue presentado como un progreso, en favor de un mejor confort humano a nivel global (a nivel holístico).[71]

Argumentos en cuanto a la seguridad

Anuncio publicitario holandés en 1938.
Anuncio publicitario holandés en 1938.
Mientras que en el siglo XIX el equino era considerado y calificado como « compañero leal, útil, e indispensable », en el siglo XX sus detractores le encontraron una cantidad de defectos, pues para algunos pasó a ser un « animal indisciplinado e ingrato »,[71] que a veces agradecía a quienes lo cuidaban y alimentaban, mordiéndoles, pateándoles, causando accidentes, y generando lesionados.[83] En Estados Unidos, la novela The Magnificent Ambersons (1918)[84] de Booth Tarkington,[85] cuenta la historia, altamente simbólica, de un aristócrata que se desplazaba en un enganche ecuestre, y que fue sobrepasado por un automóvil, y como consecuencia de este incidente, el conductor perdió el control de su caballo y tuvo un accidente; el conductor del automóvil entonces regresó para ayudar al accidentado.[86]
El lado imprevisible del caballo, sin duda puede ser fuente de accidentes en ciudades saturadas de carruajes tirados por equinos.[67] La seguridad es muy destacada por los contrarios al uso corriente de los caballos, al ver en el propio animal un peligro en sí mismo. También mucho se criticó el hábito de atar a los caballos en lugares de relativamente fácil acceso y mientras no se los utilizaba, argumentando que incluso eso puede ser causa de accidentes, particularmente con los niños, muchas veces tentados de aproximarse a estos grandes animales.[83] Las argumentaciones en torno a la seguridad ciertamente mucho han evolucionado durante el siglo XX, ya que accidentes bastante graves provocados por trenes a vapor, por vehículos a motor, y por dirigibles, también han generado bastante desconfianza respecto de la modernidad; aunque por cierto, en este aspecto los punto de vista son bastante cambiantes.[83]

Un tímido retorno

Al fin del siglo XX y principios del siglo XXI, en ciertos países como por ejemplo Francia, se han concretado iniciativas tendientes a promover la vuelta al uso del caballo. Según una investigación de la Sofres realizada en el año 2003, el 73 % de los franceses eran favorables a algún tipo de uso de los caballos en las ciudades. En el momento actual, 70 ciudades o comunas francesas utilizan caballos en variadas actividades : brigadas de vigilancia ecuestre, recolección hipomóvil de basura, visitas turísticas, etc

Fuente : wikiwand